Política
Uribe responde a Petro: “Incita al odio de clases y la agresión”
El enfrentamiento entre Álvaro Uribe y Gustavo Petro se intensifica en medio de la discusión sobre la reforma laboral. Las declaraciones del expresidente marcan un nuevo capítulo en su larga confrontación política.
En las últimas semanas, la tensión entre el expresidente Álvaro Uribe Vélez y el actual presidente Gustavo Petro ha escalado, especialmente en el contexto de la reforma laboral que actualmente se tramita en el Congreso. Este 25 de octubre, Uribe utilizó su cuenta de X para arremeter contra Petro, acusándolo de ser “incapaz de generar una discusión democrática”.
La crítica de Uribe fue contundente. En su trino, afirmó que el presidente “solamente incita al odio de clases, promueve la distorsión y la agresión”. Estas palabras no solo subrayan su oposición a Petro, sino que también lo acusan de tener actitudes propias de un dictador, independientemente de su ideología política. Esta retórica refleja la polarización que caracteriza el panorama político colombiano.
El contexto de estas declaraciones proviene de un intercambio verbal que ha estado en curso durante días. Petro, en un foro reciente, hizo comentarios que fueron interpretados como un ataque velado hacia Uribe. Al referirse a un “expresidente” que pretendía defender los derechos de los trabajadores, Petro insinuó que esta postura era un “error” que podría perjudicar la economía.
Durante la Conferencia Interamericana de Ministras y Ministros del Trabajo de la OEA, celebrada en Bogotá, Petro también aludió a un episodio entre Uribe y el futbolista Yerry Mina, sugiriendo que el expresidente actuó de manera posesiva y desconsiderada. “Lástima que el jugador de fútbol no se hubiera rebelado. Yo sí lo hubiera hecho”, comentó Petro, dejando clara su postura crítica hacia Uribe.
Este intercambio de palabras pone de relieve las profundas divisiones en la política colombiana, donde las figuras de Uribe y Petro continúan siendo centrales en el debate público. La reforma laboral, que ya ha avanzado en la Cámara de Representantes, se ha convertido en un punto focal para este enfrentamiento.
El diálogo entre ambos líderes políticos ha suscitado preocupaciones sobre el clima democrático en el país. La polarización y las acusaciones mutuas reflejan una situación donde el entendimiento y el debate constructivo parecen lejanos. El futuro de la reforma laboral y el manejo de las relaciones políticas en Colombia dependerán, en gran medida, de cómo evolucionen estas tensiones.