Política
Fin del proceso de paz con el ELN tras ataque mortal
El presidente Gustavo Petro anunció el cierre del proceso de paz con el ELN tras un ataque en Puerto Jordán que dejó dos soldados muertos y 26 heridos. Este evento marca un nuevo capítulo en la conflictiva historia de Colombia.
El ataque que se produjo en Puerto Jordán, Arauca, ha sido calificado como una “acción terrorista” por el Ejército de Colombia. La base militar fue blanco de artefactos explosivos lanzados desde un vehículo, lo que ha intensificado el conflicto entre el Gobierno y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Las autoridades han confirmado que los soldados fallecidos y los heridos están recibiendo la atención necesaria, y se ha prometido apoyo a las familias afectadas.
Durante una ceremonia celebrada esa misma noche, el presidente Petro expresó su pesar por lo ocurrido, describiendo la situación como un “hecho dramático”. Las palabras del mandatario reflejan la tensión que ha marcado las negociaciones entre el Gobierno y el ELN desde el inicio de su mandato en agosto de 2022. El proceso de paz, que fue apoyado inicialmente por varias facciones de la sociedad colombiana, se ha visto amenazado por repetidos ataques y acusaciones de incumplimiento por parte de ambos lados.
Petro, en su discurso, enfatizó que este ataque simboliza un cierre abrupto en el proceso de paz, describiéndolo como un “cierre con sangre”. Esta situación reitera un patrón de violencia que ha afectado al país durante décadas, donde los intentos de diálogo frecuentemente son frustrados por actos de agresión.
El Gobierno había buscado establecer un ambiente propicio para la negociación, pero las tensiones han persistido, evidenciadas por el ataque en la base militar. Las negociaciones con el ELN han sido complejas, y cada incidente violento provoca retrocesos significativos en la confianza mutua. La comunidad internacional observa con preocupación el deterioro de la situación en Colombia.
En este contexto, el ataque también resalta la vulnerabilidad de la población civil. Se ha informado que los explosivos fueron lanzados cerca de una escuela con 300 estudiantes, aunque hasta el momento no se han reportado heridos entre los civiles. Este hecho pone de manifiesto la necesidad urgente de un alto al fuego y el retorno a la mesa de negociaciones, algo que parece distante tras las recientes declaraciones del presidente.
El proceso de paz, que prometía un futuro diferente para Colombia, se encuentra en un punto crítico. Las palabras de Petro sugieren que se vislumbran tiempos difíciles por delante, y el país se enfrenta nuevamente a la pregunta de cómo avanzar en la construcción de una paz duradera.